Construir una sociedad más justa y democrática es un compromiso de todos. Las instituciones educativas no son ajenas a este mandato, todo lo contrario, son los ámbitos privilegiados de socialización en los cuales pueden construirse y desarrollarse estos valores. La convivencia es un valor que remite a otros valores que se quieren proponer, difundirlos y apropiarse de ellos es un deber de cada uno de los integrantes de esta comunidad a la vez que exige el reconocimiento de la dignidad de cada una de las personas que la integran.

Sin embargo para que esto sea una realidad en la práctica cotidiana es necesario una relación organizada entre las personas que conforman este colectivo, esto implica tener pautas claras y planteamientos institucionales compartidos en función del bien común. Por ello, todos los actores institucionales deben estar comprometidos en esta tarea, siendo los adultos responsables de guiar a los jóvenes en este proceso. Para ello es indispensable lograr acuerdos con la participación activa de docentes, padres, alumnos y demás actores institucionales con la finalidad de lograr un compromiso que se traslade en acciones concretas. Si estos acuerdos son construidos por los protagonistas y responsables de llevarlos adelante, será posible el sostenimiento efectivo y a través del tiempo de lo establecido.

         El Acuerdo de Convivencia Escolar de la Institución está elaborado sobre la base del reconocimiento de fortalezas y debilidades de anteriores reglamentaciones, la revisión de la propia práctica y sobre experiencias anteriores. El análisis y la reflexión deberán acompañar todo este proceso, poniéndose en juego el diálogo, el intercambio plural de ideas, el consenso, el acuerdo mutuo sobre distintas cuestiones.

     Fundamentación

   Como Institución se pretende formar ciudadanos con valores morales y éticos tendientes a la integración en la sociedad; poseer y desarrollar aptitudes y capacidades; potenciar la participación activa del alumno dentro y fuera de la comunidad educativa; fomentar sujetos responsables de sus actos; respetar las normas de convivencia.

           Al hablar de convivencia es imposible no remitirse a los valores, cimientos de todo sistema de convivencia, no sólo la escolar. Se destacan por su relevancia valores y principios como la vida, libertad, bien, verdad, paz, solidaridad, tolerancia, respeto, participación, compromiso, igualdad y justicia.

           El Acuerdo se construye en base a la comunicación, la participación y el compromiso de todos los actores que conforman la Institución, con el propósito de mejorar las relaciones entre los integrantes de la comunidad educativa y constituye una condición necesaria para que se produzcan aprendizajes significativos y para garantizar la plena vigencia de los derechos humanos en el marco de la institución escolar.

           El proceso de cambio normado por el presente se propone consolidar, clarificar y sostener los diferentes roles dentro de la escuela.

           En ese sentido, se busca sostener la responsabilidad de los adultos (docentes, directivos, personal no docente y familia) en su tarea de cuidado, orientación y contención de los adolescentes, quienes a su vez, solicitan de aquellos saber, experiencia, capacidad de comprensión y comunicación, buenos ejemplos, capacidad de escucha y dedicación.

           Asimismo, corresponde explicitar claramente las responsabilidades específicas de los adolescentes, de quienes se espera una comunicación honesta, responsabilidad, compromiso y esfuerzo en sus tareas como estudiantes, reparación de los errores, valoración de las diferencias, un trato respetuoso con sus pares y con los docentes y valoración del esfuerzo que la comunidad realiza para posibilitar sus estudios.

Prof. Abel Hermoso